La vida es un aeropuerto.
Las personas son aviones.
Los sentimientos son pasajeros.
Y uno mismo es la torre de control.
Lo más importante es darse cuenta de que la vida es un lugar de transito, aviones llegan, aviones se van.
Llevando con ellos los sentimientos que muchas veces es mejor dejar marchar. Sellar su pasaporte, abrir las aduanas, abaratar el precio del billete, cargarse bien de combustible, autorizar el despegue y sobretodo no descuidar por un avion que despega las aviones que pueden estar aterrizando.
Vuelo Iberia Número SA23R10A con destino "X", permiso para despegar. Ahora eres asunto de otra torre de control.
-Carmelo Pérez
vendran pasajeros nuevos, a veces mejore y otros peores pero siempre ahi que mantener el control a los aviones.
ResponderEliminarbss. me encnata el texto